Uno de los lugares más curiosos y sorprendentes de la isla de Ibiza se encuentra muy cerca de la carretera que une San Antonio e Ibiza, a medio camino de los pueblos de las parroquias de San Rafael y Puig d’en Valls: se trata del barrio residencial conocido como Montecristo.
Lo primero que sorprende la primera vez que vemos esta montaña es ver un monumento tan alto, tiene 23 metros, encima de la pequeña montaña. A todo el mundo se le viene a la cabeza que parece una versión a la ibicenca del famoso Cristo Redentor que se encuentra en Rio de Janeiro, aunque éste sea 14 metros más alto. Pero la historia del monumento de Montecristo, como veremos, mucho más sorprendente.

También es sorprendente que a pesar de su tamaño, se trate de un monumento prácticamente desconocido por la mayoría de turistas y también por una gran parte de ibicencos. Y eso que Montecristo es fácilmente visible cuando bajamos desde San Antonio hacia Ibiza tras pasar el túnel de San Rafael, a mano izquierda: la silueta del monumento se recorta alta en el cielo. Además, todas las noches el monumento de Montecristo se encuentra iluminado y vale la pena una visita, aunque sea por curiosidad.
La leyenda del Cor de Jesús
El nombre de Montecristo es bastante reciente, ya que el monumento se construyó en 1947, de la mano del escultor valenciano Antonio Sanjuán. Sin embargo, el nombre oficial del monumento según la Diócesis de Ibiza es el “Sagrat Cor de Jesús” (Sagrado Corazón de Jesús) o, simplemente Cor de Jesús.
La montaña, antes de la construcción del monument,o era conocida como Puig de na Ribes. En la actual ubicación de esta capilla, se encontraba un molino, un pozo y las casas de algunos vecinos. Durante la Guerra Civil, se persiguieron a muchos miembros del clero y Antonio Cardona Riera, el Obispo de Ibiza de aquel entonces, conocido como Bisbe Frit, no fue una excepción. Tenía razones de sobra para huir, ya que hasta 21 miembros de la iglesia fueron asesinados en 1936.
En su huida, el eclesiástico recurrió a una estrategia de huida insólita y sorprendente: El Bisbe Frit salió de la Catedral de Ibiza disfrazado de payesa y se dirigió a Puig d`en Valls. Después, siguió hasta alcanzar el Puig de na Ribas, donde pidió ayuda a los vecinos de la zona. Éstos le escondieron durante muchos días, usando en ocasiones el pozo para ocultarlo, hasta que al fin el Bisbe Frit pudo salir de su escondite. En agradecimiento a las gentes que le ayudaron durante su persecución, se erigió el monumento al Cor de Jesús.

Sin embargo, en los años siguientes se popularizó otro nombre. ¿Cómo llamar a un lugar donde hay un Cristo en lo alto de un monte? Montecristo. Un nombre muy visual aunque poco original y, por supuesto, sin ninguna relación con la genial novela El Conde de Montecristo, de Alexandre Dumas.
Población de Montecristo
Justo enfrente de la estatua, hay un excelente mirador a la ciudad de Ibiza, con Formentera al fondo, a Puig d’en Valls, Jesús y el Pla de Vila. Alrededor de la estatua de Cor de Jesús, se levantan algunos chalés que disfrutan de las mejores vistas y entre los que se puede caminar por estrechas y encantadores calles empedradas. La mayoría de estas casas son de residentes extranjeros que no viven en la zona durante todo el año. La estatua del Cristo, las callejuelas tranquilas y el mirador a Ibiza dan a este lugar un ambiente muy especial

Si vamos descendiendo desde el monumento de Montecristo hacia el norte del Puig de na Ribas, llegaremos a un barrio de casas y chalés rodeados de parcelas de terreno. Este barrio es conocido como Can Llaudis, y dispone de su propia asociación de vecinos.
Ruta de Deportes
El entorno de Montecristo conserva diferentes caminos rurales, a excepción del Polígono Industrial de Montecristo, junto a la carretera de Sant Antoni. Sin embargo, se mantienen muchas rutas perfectos para la práctica del senderismo y el ciclismo que parten de esta zona y lo hacen un punto de descanso ideal, especialmente al llegar al mirador de Montecristo tras su pronunciada subida.
Además, su cercanía con San Rafael y con la ciudad de Ibiza lo hacen un destino perfecto para hacer excursiones a pie o en bici.