Entre las playas de Cala Codolar y Cala Llentia, hay un pequeño y curioso monumento. Se trata de dos puertas enfrentadas, que simbolizan una pequeña habitación cuadrada de tres por tres metros en mitad del campo. La particularidad es que esta habitación no tiene paredes. ¿Quién dice que no se pueden poner piedras al campo?
Únicamente unas piedras forman un muro bajo que delimita el espacio al que se puede acceder, en el que el suelo también tiene algunos dibujos ornamentales.

Las Puertas de Cala Llentia muestran diferentes grabados y motivos árabes entre los que destaca una jamsa, también conocida como la mano de Fátima. Se trata de un elemento común en las culturas musulmanas y judías sefardíes. Como amuleto, la mano de Fátima fue usado por los cartagineses desde el año 820 a.C. y en el norte de África era asociado con un atributo de la diosa Tanit, la Diosa de Ibiza.

Desde el ángulo adecuado y con las puertas abiertas, se puede ver Es Vedrà en el horizonte. Se trata de una bella imagen y todo un reclamo para turistas y fotógrafos aficionados que ven en este lugar un marco perfecto para sus instantáneas.

Se desconoce quien es el autor de Las puertas de Cala Llentia, aunque no cabe duda de que se trata de una obra magnética, curiosa y enigmática. Además, no se trata de la única obra de arte de la zona. A poco más de un centenar de metros encontramos la controvertida obra Time and Space, el monumento de Cala Llentia: una obra creada por el artista Andrew Rodgers a petición del fundador del Circo del Sol, que posee una casa en las proximidades.