La Torre d’en Valls, también conocida como Torre de Campanitx, fue una de las construcciones que se realizaron en el litoral de la costa ibicenca para defender y avisar a la población de la presencia de piratas que se aproximaran por mar. La construcción de la torre finalizó en 1763 con una forma similar al del resto de torres de defensa de Ibiza: forma troncocónica y dos pisos. Igualmente también destaca que la única entrada a la torre se encontraba en el piso superior, para impedir que los eventuales enemigos pudieran acceder a la construcción.
La Torre d’en Valls se encuentra sobre el cap Roig, en un entorno natural privilegiado. También es conocida como la Torre de Sant Carles, por estar situado el edificio en esta parroquia de Ibiza. Desde esta atalaya se disfrutan de unas vistas privilegiadas de Tagomago, ya que se la torre se encuentra situada en el punto de la costa ibicenca más cercano a este islote. En los días claros, incluso es posible divisar Mallorca en el horizonte.
La jornada negra para la Torre d’en Valls transcurrió el 29 de noviembre de 1846 mediante la explosión del polvorín del edificio, que lo dejó partido en dos. Únicamente una parte de la torre quedó en pie, hasta que en 1982 la torre pudo ser rehabilitada mediante ayudas públicas. En principio, la explosión fue debida a un rayo que cayó sobre el edificio, pero se habla de otra leyenda.
Una curiosa y divertida leyenda
Además de la historia del rayo, existe una historia popular que explica la destrucción de la Torre d’en Valls. Se comentaba que los torreros encargados de la vigilancia de este edificio eran muy aficionados al festeig, el ritual habitual en aquellos tiempos para cortejar a las muchachas. Los vecinos de Sant Carles no veían con buenos ojos a la competencia, por lo que decidieron cortar por lo sano y volar la torre.
En cualquier caso, la torre quedó seriamente dañada. En 1982 la torre fue restaurada.
¿Cómo llegar a la Torre d’en Valls?
Debemos dirigirnos hasta Pou d’es Lleó, en la parroquia de Sant Carles de Peralta (municipio de Santa Eulària). Una vez lleguemos al aparcamiento, podemos caminar para realizar una bonita excursión o seguir en coche durante poco más de medio kilómetro hasta llegar a una explanada donde dejar nuestro vehículo. Tras una pequeña subida de apenas cien metros alcanzaremos la torre.