La fama de Ibiza es conocida internacionalmente en todo el mundo por motivos muy diversos. La isla tiene fama por sus playas, sus ofertas de ocio y sus paisajes pero también tiene mucho más que ofrecer. El mejor ejemplo de ello es la declaración de la isla de Ibiza como Patrimonio de la Humanidad. Pocos lugares en el planeta tienen el privilegio de gozar con tan halagador título.
En Ibiza es uno de los dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad mixtos en España, es decir que combinan bienes culturales con naturales. Podemos presumir bien orgullosos de disponer en la isla de una riqueza cultural que nos han legado nuestros antepasados hasta nuestros días junto a una privilegiada riqueza natural.

¿Qué lugares de Ibiza son Patrimonio de la Humanidad?
Ibiza tiene cuatro lugares declarados Patrimonio de la Humanidad: Dalt Vila rodeada por las murallas, los restos del poblado fenicio de Sa Caleta , la necrópolis púnica de Puig des Molins y las praderas de Posidonia Oceánica situadas entre Ibiza y Formentera.
Dalt Vila y sus murallas

De todos los lugares Patrimonio de la Humanidad, posiblemente la más conocida es Dalt Vila. La ciudad antigua se encuentra rodeada de unas impresionantes murallas consideradas el monumento defensivo más importante construido en el siglo XVI, ya que éstas debían defender un punto estratégico para el control del Mediterráneo como era la isla de Ibiza. Es difícil visitar la ciudad de Ibiza y no quedarse impresionado por la majestuosidad de sus murallas, pero recomendamos visitar el interior de Dalt Vila y dejarnos perder por sus callejuelas e ir descubriendo los baluartes y las vistas que desde ellos se pueden disfrutar.
Necrópolis de Puig des Molins

La capital de la isla se asienta sobre dos montes donde se levantaron sendas ciudades: la ciudad de los vivos (la mencionada Dalt Vila) y la ciudad de los muertos (Puig des Molins). Fue en esta última montaña donde se excavaron un gran número de hipogeos para enterrar a los difuntos en época púnica, cartaginesa y romana. Una visita a su museo deja bien claro que conocer cómo murieron nuestros antepasados era una buena manera de saber cómo vivieron.
Poblado fenicio de Sa Caleta

El Poblado fenicio de Sa Caleta se encuentra entre las calas de Sa Caleta y Es Bol Nou. Es considerado como el primer asentamiento en la isla de Ibiza. Si te acercas a esta playa, una visita nunca estará de más. A pesar de su importancia, posiblemente se trata del menos espectacular de estos lugares.
Praderas de Posidonia Oceánica

Las praderas de Posidonia son el bien Patrimonio de la Humanidad más desconocido por la mayoría de visitantes. Se trata de una planta marina (no, no es un alga) que se encuentra principalmente en el Mar Mediterráneo. Su importancia es vital para entender porqué las playas de Ibiza y Formentera disfrutan de esa arena y esas aguas tan limpias. Forman un ecosistema único en el mundo y es considerado como el ser vivo mas grande del mundo. Sin temor a exagerar, las praderas de Posidonia podrían ser el equivalente acuático al Bosque del Amazonas.
¿Dónde está el Patrimonio de la Humanidad ibicenco?
En el siguiente mapa interactivo puedes descubrir los lugares declaradas Patrimonio por la UNESCO:
Los motivos para ser Patrimonio de la Humanidad
La UNESCO, la organización encargada de nombrar y preservar los lugares Patrimonio de la Humanidad, justificó con las siguientes razones la declaración de los bienes citados en la isla de Ibiza:
- Exhibir un intercambio importante de valores humanos, durante un período de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en desarrollos en arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño de paisaje.
- Tener un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización que está viva o ha desaparecido.
- Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustra etapa significativa en la historia humana.
- Ser ejemplos sobresalientes que representan importantes procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de ecosistemas terrestres, de agua dulce, costeros y marinos y comunidades de plantas y animales.
- Contener los hábitats naturales más importantes y significativos para la conservación in situ de la diversidad biológica, incluidos los que contienen especies amenazadas de valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia o la conservación.