Monumento a los corsarios

En pleno puerto de Ibiza se alza un llamativo obelisco erigido a la memoria de los corsarios ibicencos, que defendieron la isla frente a los ataques piratas. Durante muchos siglos, la isla de Ibiza sufrió constantes ataques piratas, que motivaron la construcción de una red de torres de defensa en la costa ibicenca, iglesias fortificadas y de las murallas de Dalt Vila. Sin embargo, a partir del siglo XVIII fueron los ibicencos los encargados de defender su isla mediante patentes de corso.

Como curiosidad, cabe reseñar que se trata de un monumento único en el mundo. Se trata del único monumento del mundo, junto con el que dedicaron los ingleses a Francis Drake, erigido para honrar la memoria de piratas. Este hecho demuestra la gran importancia que tuvieron los corsarios en la defensa de Ibiza.

Monumento a los corsarios en Ibiza
El monumento a los corsarios está ubicado en pleno centro de los andenes del puerto

El monumento a los corsarios tiene grabado sobre el obelisco una inscripción que reza «Ibiza a sus corsarios». Además, posee cuatro placas en su pedestal en las que se inscriben los siguientes textos:

Erigido por suscripción pública, fue inaugurado el 6 de agosto, año de la natividad de nuestro señor Jesucristo 1915

Fue colocada la primera piedra el 1º de junio de 1906, primer centenario del apresamiento de «el Papa» por el Capitán Riquer.

En lucha secular y heroica, pugnaron por la religuón y por la patria. Sea gloriosa y perdurable su memoria.

La cuarta placa muestra una representación de la batalla del Capitán Riquer. Pero ¿Quién era el Capitán Riquer?

La batalla de Riquer

A pesar de que el monumento está dedicado a todos los corsarios que arriesgaron sus vidas por defender la isla de Ibiza, el obelisco hace mención a la una de las actuaciones de los piratas ibicencos más recordadas. Se trata del apresamiento del temible navío pirata inglés Felicity, capitaneado por el italiano «El Papa«. Avistado frente a las costas de la ciudad de Ibiza a primera hora de la mañana, un grupo de valientes marineros ibicencos tripulados por Antoni Marí Riquer se dirigió a su encuentro frente las murallas de Ibiza.

El falucho de Riquer tenía unas dimensiones mucho menores y contaba con un número de cañones mucho menor. Sin embargo, el buen hacer del barco pirata ibicenco combinado con el mar en calma de aquel día, consiguió que tras unas cuantas maniobras del barco más pequeño estuviera en disposición de atacar al Felicity. Tras atacar con bombas incendiarias que causaron el pánico entre la tripulación inglesa, el Felicity fue apresado y por la tarde regresaron los valientes piratas ibicencos al puerto, donde les aclamó la multitud que durante todo el día habían estado observando toda la batalla desde las murallas.

En honor a la legendaria gesta de Riquer, su tripulación y el resto de corsarios ibicencos, en 1906 se colocó la primera piedra del monumento a los corsarios en el puerto de Ibiza, coincidiendo con el centenario del apresamiento del Felicity.

Una isla azotada por piratas

El temor hacia los piratas ha dejado huella en la isla, visible aún hoy en día. Buena parte de las iglesias se asemejan más a una fortaleza que a un templo religioso. La razón es que estos edificios albergaban a los vecinos en caso de alerta de avistamiento de naves enemigas. Estas alertas en muchos casos venían desde las torres de defensa, un sistema de torres a lo largo de la costa de las Islas Pitiusas.

balafia
Balàfia representa una de las postales típicas del interior de Ibiza, con sus torres prediales.

Tampoco nos podemos olvidar de las torres prediales, edificios de defensa que aquellos que tenían posibilidad se construían junto a su casa. Existe un gran número de ejemplos en la isla, aunque sin duda destaca el poblado de Balàfia, en Sant Llorenç.